TRIATLON BLANCO DE
REINOSA 2013: CRONICA DE UN FINAL ANUNCIADO
(por Pelayo)
(por Pelayo)
Con toda la ilusión del mundo puse rumbo a Reinosa la mañana
del viernes 25, el día antes de la disputa del campeonato de España de triatlón
de invierno. Una nueva modalidad para mí, que iba a suponer un auténtico reto,
tanto físico como mental. La prueba constaba de 10 kms de carrera a pie, 24 kms
de bici subiendo a la estación de esquí de Alto Campoo y 10 kms de esquí de
fondo, que a la postre se convertirían en mi calvario.
Nunca me había calzado unos esquís de fondo, por eso el día
antes de la carrera subí a la estación a probar… Las sensaciones no fueron
malas, la nieve estaba bien y yo estaba descansado. Además, los años de
competición en esquí alpino hicieron mucho más fácil mi adaptación al fondo… o
eso pensaba yo.
La cosa pintaba bien la mañana del 26 de Enero. Temprano me
reuní con mis compañeros de equipo, Bárcena, Chapo y con nuestro presi Cobo a
quienes les entregué sus dorsales además
de Patxi Azkárate que ya lo había recogido él el día anterior y nos fuimos a la
zona de salida. El día estaba frío y muy ventoso, pero por lo menos, la lluvia
nos había dado un respiro y el sol hizo acto de presencia.
Preparé el material de boxes con mucho mimo. En esta
carrera, la logística de material era muy compleja: que si los esquís con las
botas y bastones para arriba, que si me abrigo, que si no me abrigo, que si
dejo comida en boxes, que si dejo ropa y me la pongo en el cambio… En
definitiva, tuve que pensármelo muy bien para organizarme y elaborar una buena
estrategia, que creo que fue muy acertada.
Tras calentar con mi amigo Jaime Garrido y comentar la
jugada, nos fueron llamando a los Elite a la cámara de llamadas. Estaba algo
nervioso, más de lo que suelo estar.Uno a uno nos fuimos colocando los 50 Elite
en la línea de salida y tras el bocinazo… ¡a correr!
En mi cabeza estaba correr inteligentemente de menos a más y
dejar fuerzas para el resto de la carrera que iba a ser muy larga. Ya en la
salida me puse a cola del grupo de cabeza que para mi sorpresa empezó rodando
bastante lento (3:40). Unos 30 triatletas marchábamos agrupados los primeros 2
kms a un ritmo muy cómodo. Al final de la primera de tres vueltas se fue
estirando el grupo y me quedé algo cortado, en tierra de nadie. Opté por
apretar y volver a enlazar con el grupo de cabeza que ahora estaba compuesto
solo por unos 10 corredores. El ritmo ya era alto (3:25 aproximadamente) pero
asumible. Realicé la última vuelta de carrera con Jon Erguin, quien a la postre
se convertiría en campeón de España, y entré en boxes el 8º absoluto segundo
sub 23, consiguiendo mi mejor marca personal en 10000 metros y con la sensación
de ir guardando fuerzas. Mi tiempo en este sector fue de 35’ 19’’.
La transición fue lenta, me abrigué para la bici, bebí agua
y de un salto me subí a la burra para afrontar la subida a Alto Campoo. Pero la
esperanza de coger buen grupo se esfumó enseguida. Me quedé solo en tierra de
nadie y en los primeros metros esperé a que viniera algún grupo… pero lo que
llegó fue un chico como un avión que me pasó a toda leche y tuve que pegarme un
calentón del quince para cogerlo. Cuando llegué a él me puse detrás y me pidió
relevo. Yo iba jodidísimo, pero siendo dos era mejor colaborar. Mi relevo fue
bastante triste y el mismo se dio cuenta, pegándome un hachazo y dejándome solo
de nuevo. Y así, tuve que bregar los 12 kms llanos y con viento en contra hasta
el inicio de la subida. Nadie por delante, nadie por detrás. Pese a ir
tranquilo esperando algún grupo, éste no me alcanzó hasta que no empezaron las
primeras rampas del puerto y claro, ahí cada uno a su ritmo. Yo puse mi
marcheta y me acomodé detrás de otro triatleta a mitad de grupo.
Fueron pasando los kms, sin sobresaltos y con una cadencia
de molinillo que me permitía ir guardando fuerzas para lo que me esperaba. Coroné el puerto en 19º posición absoluta y
aún 2º sub 23 en el campeonato de España.
La transición fue totalmente novedosa para mí, entramos en
una zona cubierta donde teníamos los esquís metidos en una bolsa. Me costó
ponerme las botas de esquiar pero tampoco perdí demasiado tiempo. Sin saber
hacia dónde corría seguí a la gente hasta la pista de esquí, me calcé los dos
palillos y… empezó mi calvario.
El circuito comenzaba en bajada y no tuve ningún problema
ahí, pero en cuanto llegué al llano, el hielo y el mal estado de la nieve
hicieron que me fuera al suelo. Lo peor fue que al levantarme me entraron unos
calambres horribles en las dos piernas. Un dolor insoportable que me obligó a
tumbarme en el suelo para estirar. Tras unos minutos de estiramientos volví a
la carrera pero aún seguían los calambres y cada vez más fuertes. Tras
completar la primera vuelta con más pena que gloria pregunté a uno de los
oficiales que cuantas vueltas eran y me dijo que tendría que verle la cara
¡CINCO VECES! Se me vino el mundo
encima, los calambres no me dejaban a penas moverme y el esfuerzo de aguantar
las piernas cerradas y no caerme sobre los esquís incrementaban los dolores.
Pensé en retirarme, me lo planteé muy seriamente, me veía incapaz de dar cuatro
vueltas más a ese circuito… Pero como soy muy cabezón seguí hacia delante.
A un ritmo muy lento pero constante fui pasando la vuelta 2,
3… A los calambres se le sumó una sensación de mareo enorme. A falta de una
vuelta, colocaron un avituallamiento que hasta entonces no había y tuve que
parar para beber. ¡Última vuelta! pensé. Pero ya las fuerzas no acompañaban y
pese a haber bebido la deshidratación que traía era enorme. Me estaba mareando
y en mi cabeza solo había una imagen: la meta.
Tras unos últimos metros agónicos al borde des desmayo cruce
la meta, en la posición 37 y 8º sub 23… había perdido todo lo ganado en la bici
y la carrera a pie, pero no me importaba.
Me ayudaron a quitarme los esquís y me sentaron en una moto
de nieve, sinceramente no recuerdo muy bien ese momento porque como digo estaba
medio inconsciente. El motivo, un bajón de tensión propiciado por un bajón de
azúcar. Me dieron sobres de azúcar puro, cocacola, acuarius, chocolate… y poco
a poco fui recuperándome. No pude quedarme a esperar a mis compañeros de equipo
porque me encontraba realmente mal.
Pese a todo, estoy contento y con ganas de repetir pero esta
vez habiendo entrenado el esquí de fondo.
Por la tarde se celebró la entrega de premios en el hotel
Vejo de Reinosa y los valientes del Camargo logramos un bronce por equipos en
el campeonato regional. A nivel individual conseguí la victoria en sub 23 del
campeonato de Cantabria y me tocaron unos calcetines en la rifa posterior a la
entrega de premios jeje.
Para terminar quiero felicitar a mis compañeros de equipo
Patxi Azkárate, Bárcena, Chapo y al presi Carlos Cobo por los cojones que le
han echado para terminar una carrera para verdaderos ESPARTANOS!
AUHHHHHH!!!!!!
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